Los judíos como el pueblo          elegido de Dios



HE DADO CON UN INDIVIDUO QUE DIJO QUE...ISRAEL NO ES EL PUEBLO ELEGIDO Y ESCOGIDO DE DIOS.

LE DIJE QUE MEDIARA, ESOS PASAJES DE LA BIBLIA DONDE DIGA QUE ISRAEL NO ES PUEBLO DE DIOS.

SE BASO EN:

....A LOS SUYOS FUE Y LOS SUYOS NO CREYERON EN EL...

COMO SI EN ESE PASAJE, DIOS ESTUVIESE OLVIDANDO A ISRAEL COMO SU PUEBLO POR SU DESOBEDIENCIA.

ESTA PERSONA SOLO DABA PASAJES PARA JUSTIFICARSE, OLVIDANDOSE DE QUE DIOS MISMO DIO UNA PROMESA A ISRAEL Y JAMAS LA DEJARA DE CUMPLIR.

 

POR LA DESOBEDIENCIA DE ISRAEL, DIOS MOSTRO SU AMOR PARA CON ISRAEL, VINIENDO A LOS GENTILES PARA SALVARLOS TAMBIEN, E INCLUIRLOS COMO PUEBLO ADOPTADO DE DIOS LE DIJE YO. PERO...QUE DIOS JAMAS DEJO DE CUMPLIR LAS PROMESAS PARA CON ISRAEL.

 

ESTA CLASE DE GENTE, ENSEÑAN SIN CONOCIEMIENTO, DEJANDO A DIOS COMO MENTIROSO.

PERO...AQUI OS PONGO, DONDE DIOS JAMAS SE OLVIDO DE ESA PROMESA PARA CON SU PUEBLO ISRAEL, EL CUAL, SIGUE SIENDO EL PUEBLO ESCOGIDO POR DIOS, SU PUEBLO.

 

NOSOTROS LOS GENTILES, SI QUE NO SOMOS PUEBLO DE DIOS LEGITIMOS, SI NO QUE HEMOS SIDO ADOPTADOS .

SOMOS HIJOS DE DIOS ADOPTADOS, POR CAUSA DE ISRAEL, PARA EL QUE NO LO SEPA, ES ASI.



Éxodo 19:5

``Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra;

Deuteronomio 7:6-8

Porque tú eres pueblo santo para el SEÑOR tu Dios; el SEÑOR tu Dios te ha escogido para ser pueblo suyo de entre todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra. El SEÑOR no puso su amor en vosotros ni os escogió por ser vosotros más numerosos que otro pueblo, pues erais el más pequeño de todos los pueblos; mas porque el SEÑOR os amó y guardó el juramento que hizo a vuestros padres, el SEÑOR os sacó con mano fuerte y os redimió de casa de servidumbre, de la mano de Faraón, rey de Egipto.

Deuteronomio 14:2

Porque eres pueblo santo para el SEÑOR tu Dios; y el SEÑOR te ha escogido para que le seas un pueblo de su exclusiva posesión de entre los pueblos que están sobre la faz de la tierra.

Deuteronomio 26:17-19

Has declarado hoy que el SEÑOR es tu Dios y que andarás en sus caminos y guardarás sus estatutos, sus mandamientos y sus ordenanzas, y que escucharás su voz. Y el SEÑOR ha declarado hoy que tú eres su pueblo, su exclusiva posesión, como El te prometió, y que debes guardar todos sus mandamientos; y que El te pondrá en alto sobre todas las naciones que ha hecho, para alabanza, renombre y honor; y serás un pueblo consagrado al SEÑOR tu Dios, como El ha dicho.

2 Samuel 7:23-24

¿Y qué otra nación en la tierra es como tu pueblo Israel, al cual viniste a redimir para ti como pueblo, a fin de darte un nombre, y hacer grandes cosas a su favor y cosas portentosas para tu tierra, ante tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, {de} naciones y {de} sus dioses? Pues tú has establecido para ti a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre, y tú, SEÑOR, has venido a ser su Dios.

1 Reyes 8:53

Pues tú los has separado de entre todos los pueblos de la tierra como tu heredad, como lo dijiste por medio de tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto, oh Señor DIOS.

1 Reyes 10:9

Bendito sea el SEÑOR tu Dios que se agradó de ti para ponerte sobre el trono de Israel; por el amor que el SEÑOR ha tenido siempre a Israel, te ha puesto por rey para hacer derecho y justicia.

1 Crónicas 17:20-21

Oh SEÑOR, no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos. ¿Y qué otra nación en la tierra es como tu pueblo Israel, al cual Dios vino a redimir {como} pueblo para sí, a fin de darte un nombre {por medio} de cosas grandes y terribles, al echar naciones de delante de tu pueblo, al que rescataste de Egipto?

Salmos 105:8-15

Para siempre se ha acordado de su pacto, de la palabra que ordenó a mil generaciones, {del pacto} que hizo con Abraham, y de su juramento a Isaac. También lo confirmó a Jacob por estatuto, a Israel como pacto eterno,
diciendo: A ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad. Cuando eran pocos en número, muy pocos, y forasteros en ella, y vagaban de nación en nación, {y} de un reino a otro pueblo, El no permitió que nadie los oprimiera, y por amor a ellos reprendió a reyes, {diciendo:} No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.

Salmos 135:4

Porque el SEÑOR ha escogido a Jacob para sí, a Israel para posesión suya.

Isaías 41:8

Pero tú, Israel, siervo mío, Jacob, a quien he escogido, descendiente de Abraham, mi amigo;

Isaías 43:1-3

Mas ahora, así dice el SEÑOR tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo {estaré} contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará. Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador; he dado a Egipto por tu rescate, a Cus y a Seba en lugar tuyo.

Isaías 44:21

Recuerda estas cosas, Jacob, y {tú} Israel, porque mi siervo eres. Yo te he formado, siervo mío eres; Israel, no me olvidaré de ti.

Jeremías 31:1-4

En aquel tiempo --declara el SEÑOR-- yo seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo. Así dice el SEÑOR: Ha hallado gracia en el desierto el pueblo que escapó de la espada, Israel, cuando iba en busca de su reposo. Desde lejos el SEÑOR se le apareció, {diciendo:} Con amor eterno te he amado, por eso te he atraído con misericordia.
De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel; de nuevo tomarás tus panderos, y saldrás a las danzas con los que se divierten.

Jeremías 46:27-28

Pero tú no temas, siervo mío Jacob, ni te atemorices, Israel; porque he aquí, te salvaré de lugar remoto, y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio. Y volverá Jacob, y estará tranquilo y seguro, y nadie {lo} atemorizará. Tú no temas, siervo mío Jacob --declara el SEÑOR-- porque yo estoy contigo; pues acabaré con todas las naciones adonde te he expulsado, pero no acabaré contigo, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

Ezequiel 36:24-28

`Porque os tomaré de las naciones, os recogeré de todas las tierras y os llevaré a vuestra propia tierra. `Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. `Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
`Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas. `Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.

Ezequiel 37:21-25

y diles: ``Así dice el Señor DIOS: `He aquí, tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierra. `Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israel; un solo rey será rey de todos ellos; nunca más serán dos naciones, y nunca más serán divididos en dos reinos. `No se contaminarán más con sus ídolos, ni con sus abominaciones, ni con ninguna de sus transgresiones; sino que los libraré de todos los lugares en que pecaron y los limpiaré. Y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
`Mi siervo David {será} rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en mis ordenanzas y guardarán mis estatutos y los cumplirán. `Y habitarán en la tierra que di a mi siervo Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo David {será} su príncipe para siempre.

Joel 3:1-2

Porque he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo, cuando yo restaure el bienestar de Judá y Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré bajar al valle de Josafat. Y allí entraré en juicio con ellas a favor de mi pueblo y mi heredad, Israel, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra.

Amós 3:1-2

Oíd esta palabra que el SEÑOR ha hablado contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hizo subir de la tierra de Egipto, diciendo: Sólo a vosotros he escogido de todas las familias de la tierra; por eso os castigaré por todas vuestras iniquidades.

 

Romanos 11:1-2

Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en {el pasaje sobre} Elías, cómo suplica a Dios contra Israel:

Hebreos 8:8-13

Porque reprochándolos, El dice: MIRAD QUE VIENEN DIAS, DICE EL SEÑOR, EN QUE ESTABLECERE UN NUEVO PACTO CON LA CASA DE ISRAEL Y CON LA CASA DE JUDA; NO COMO EL PACTO QUE HICE CON SUS PADRES EL DIA QUE LOS TOME DE LA MANO PARA SACARLOS DE LA TIERRA DE EGIPTO; PORQUE NO PERMANECIERON EN MI PACTO, Y YO ME DESENTENDI DE ELLOS, DICE EL SEÑOR. PORQUE ESTE ES EL PACTO QUE YO HARE CON LA CASA DE ISRAEL DESPUES DE AQUELLOS DIAS, DICE EL SEÑOR: PONDRE MIS LEYES EN LA MENTE DE ELLOS, Y LAS ESCRIBIRE SOBRE SUS CORAZONES. Y YO SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO.

Y NINGUNO DE ELLOS ENSEÑARA A SU CONCIUDADANO NI NINGUNO A SU HERMANO, DICIENDO: ``CONOCE AL SEÑOR", PORQUE TODOS ME CONOCERAN, DESDE EL MENOR HASTA EL MAYOR DE ELLOS. PUES TENDRE MISERICORDIA DE SUS INIQUIDADES, Y NUNCA MAS ME ACORDARE DE SUS PECADOS. Cuando El dijo: Un nuevo {pacto}, hizo anticuado al primero; y lo que se hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer.



¿Por qué escogió Dios                     a Israel?

La Biblia tiene mucho que decir acerca de que Israel es el pueblo escogido de Dios. Pero Él ama y tiene un plan para toda la gente. Entonces, ¿por qué escogió Dios a Israel?

Las Escrituras son muy claras al mostrar que entre todas las naciones, Dios escogió a Israel como la nación con la cual Él trabajaría. Ésta fue la nación que Dios libertó de la esclavitud en Egipto, la nación a la cual Dios le dio la tierra de Canaán, la nación a través de la cual vendría Jesús, el Mesías. ¿Hubo algo especial en estas personas que los diferenciaba de otros?

Dios mismo contestó esta pregunta. Al dirigirse a los antiguos israelitas, Él les dijo: “Porque tú eres pueblo santo para el Eterno tu Dios; el Eterno tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido el Eterno y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto el Eterno os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado el Eterno con mano poderosa, y os ha rescatado de servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto” (Deuteronomio 7:6-8, énfasis agregado).

Entonces, ¿por qué escogió Dios a Israel? Dios escogió a los antiguos israelitas porque Él le había prometido a Abraham que sus descendientes llegarían a ser una gran nación y ocuparían la tierra de Canaán (Génesis 12:3, 7; 17:4, 7-8; 22:17). Dios bendijo a Abraham y a sus descendientes debido a la fe de Abraham, una fe viviente por la cual Abraham obedeció diligentemente las instrucciones y la ley de Dios (Génesis 26:3-5). Esta promesa fue repetida al hijo de Abraham, Isaac, y al nieto de Abraham, Jacob (Génesis 17:21; 26:24; 28:1-4, 13).

El propósito de Dios al escoger a Israel era que ellos fueran una nación modelo a las otras naciones y que a través de ellos “todas las familias de la tierra” serían bendecidas (Génesis 12:3). Él quiso que Israel fuera “un reino de sacerdotes y una nación santa” (Éxodo 19:6). Otras naciones verían que cuando los israelitas obedecían a Dios, eran bendecidos (v. 5), y cuando desobedecían a Dios, eran castigados (Deuteronomio 28).

Los gentiles, bienvenidos en el Antiguo Testamento

Aunque Dios escogió trabajar con la antigua nación de Israel, esta decisión no excluyó a la gente de otras naciones (gentiles) de llegar a entender a Dios y servirle. Dios instruyó a los antiguos israelitas que ellos debían respetar a las personas de otras nacionalidades que llegaran a vivir con ellos.

En cuanto a observar la Pascua (una de las celebraciones ordenadas por Dios tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamentos), Dios dijo: “Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para el Eterno, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella” (Éxodo 12:48). Siendo imparcial con todos, Dios continuó: “La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre vosotros” (v. 49). Más tarde, Dios agregó: “Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Éxodo 22:21).

Un buen ejemplo de la aceptación de Dios de los gentiles en el Antiguo Testamento se encuentra en la vida de Rut. Aunque era moabita por nacimiento (Rut 1:1-4), ella llegó a respetar y seguir a Dios. Como Rut le dijo a Nohemí, su suegra israelita, después de la muerte prematura de su esposo: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” (v. 16). Entonces Rut se casó con un hombre israelita llamado Booz y llegó a ser parte del linaje de familia de la cual vendría Jesús (Mateo 1:1-16).

Gentiles son bienvenidos a la Iglesia

Cuando el Espíritu Santo fue dado a los seguidores de Jesús y la Iglesia del Nuevo Testamento fue establecida en el Día de Pentecostés, las personas en esta congregación inicial eran judíos (Hechos 2:5), una de las 12 tribus que constituían la antigua Israel. Debido a que Dios había escogido y trabajado específicamente con sus ancestros y ahora continuaba haciéndolo, ellos se consideraron a sí mismos como parte de “la ciudadanía de Israel”, lo cual les dio acceso a los “pactos de la promesa” (Efesios 2:12).

Estos judíos que fueron los primeros cristianos no entendían completamente que Dios también iba a traer a los gentiles a formar parte de la Iglesia. Cuando Dios le concedió milagrosamente el Espíritu Santo a un gentil llamado Cornelio y a su casa, así como lo había hecho previamente con los judíos en el Día de Pentecostés, Pedro y los miembros de la Iglesia del Nuevo Testamento pudieron llegar a entender que Dios ahora estaba llamando también a los gentiles.

El futuro de Israel

Los antiguos israelitas fueron llevados cautivos por sus pecados y perdieron su prominencia nacional, lo cual llevó a muchos a preguntarse, ¿por qué escogió Dios a Israel? A pesar de todo, hay un futuro brillante para estas personas. Cuando Cristo regrese a esta Tierra y establezca el Reino de Dios, Él restaurará a Israel a su posición de liderazgo en el mundo (Isaías 11:12; 14:1-2). Un pueblo obediente y humilde cumplirá entonces el papel que Dios se propuso para ellos.


¿Son los Judíos el pueblo            elegido de Dios?

Mucha gente está preguntando acerca de los judíos como el pueblo de Dios. ¿ Son los Judíos el pueblo de Dios hoy? ¿Hay profecías o indicaciones de Dios sobre cómo los cristianos deben tratar con ellos? ¿Son las cosas que están ocurriendo en Palestina una indicación de la venida de Jesús? ¿Qué acerca de la herencia de los Judíos y cuándo la recibirán?

La Biblia es clara en este asunto y es importante para nosotros. Debemos entender que el término “judío” como es usado en los evangelios es predominantemente usado para denotar los líderes religiosos del tiempo de Jesús. Otros términos fueron usados al hablar de la gente, tal como “la gran multitud del pueblo le oía de buena gana” (Marcos 12:37). También debemos tener en mente que la iglesia primitiva fue casi completamente judía. Por más de tres años el evangelio circuló por Jerusalén y Judea antes ser llevado a los gentiles. Los tres mil sumados a la iglesia en el día del Pentecostés eran de descendencia judía.

RECHAZO DE JESÚS

En el juicio de Jesús los judíos clamaron para que la sangre de Jesús sea sobre ellos y sobre sus hijos (Mateo 27:25). Todavía Jesús envió a sus discípulos (quienes también eran judíos) a predicar a los judíos, y ellos lo hicieron hasta que los romanos destruyeron su nación en el año 70 DC. Nosotros deberíamos amarlos tanto como Jesús los ama, y además debemos saber que muchos de ellos están aceptando a Jesús como su Mesías. Ellos necesitan de Jesús tanto como nosotros: “no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombre, en que podamos ser salvos” Hechos 4:12. Pablo amó a su gente y oró por ellos. “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree,” Romanos 10:1-4. Pablo los amó y seriamente quiso que fueran salvos. Nosotros deberíamos tener la misma actitud amante. Jesús nos dijo que vayamos al mundo y prediquemos el evangelio a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Ellos, como un pueblo, ciertamente caen en esta amplia categoría. Los cristianos deberían buscar darles el evangelio tanto como a cualquier otro pueblo. Es más, algunos de ellos están ayudando a llevar el evangelio a su propia gente.

SALVACIÓN DE LOS JUDÍOS

Tenemos que leer Romanos 11. En el segundo versículo Pablo dice que Israel no es echado fuera y apunta a él mismo como evidencia. Él llegó a ser un seguidor de Cristo y trabajó por la salvación de los judíos a través de todo su ministerio, aunque también fue el apóstol a los gentiles. En el versículo 7 dice, “Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado.” Luego en los versos 19-22 donde está hablando sobre nosotros (los gentiles) siendo injertados en su árbol de olivo, dice: “Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.” Las palabras “no perdonó” nos hacen saber que como una nación él no consideró más a los judíos como el pueblo de Dios. Como individuos ellos todavía pueden tener salvación; como individuos no son diferentes a otros. Como nación, también, no son diferentes: todos necesitan a Jesús. Ahora considera Gálatas 3:29, “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” Todas las promesas de la Escritura son para el pueblo de Dios. Hoy los cristianos son ese pueblo si “permanecen en esa bondad (de Dios)” Romanos 11:22.

Como individuos, los judíos tienen tanta posibilidad de salvación como los gentiles. Cuando Pablo comenzó su ministerio, la iglesia cristiana estaba compuesta en gran parte por judíos. Hubo muchos que creyeron y vinieron a Cristo. Pedro dijo a los líderes judíos: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” Hechos 4:12. Judíos o gentiles, no hay diferencia, todos somos salvos a través de Jesucristo. Hay muchos judíos cristianos hoy en día.

JUDÍOS DE NUEVO A ISRAEL

Algunos parecen pensar que los judíos deben volver a Israel y retomar los antiguos sacrificios. Esto simplemente no tiene sentido porque eran judíos (Pedro y Juan en Hechos 4:8-13) hablando a judíos, quienes proclamaron a Jesús el único nombre en que cualquier hombre puede ser salvo. Es evidente que los judíos estaban incluidos. La Biblia es clara en que los sacrificios terminaron en cuanto a lo que Dios concierne con la muerte de Jesús, el Cordero de Dios. Mateo 27:51 dice, “Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron.” Cuando Dios rasgó aquel pesado velo de arriba abajo, señalo el final de los sacrificios animales. Es cierto que los sacrificios continuaron por un tiempo después de la muerte de Jesús pero perdieron su significado. El verdadero Sacrificio había sido ofrecido. Ellos instalaron un nuevo velo. Pero en el año 70 DC. Tito, el comandante Romano, vino contra Jerusalén y la destruyó. Jesús había predicho que ni una piedra del tempo quedaría sobre otra. Tito dio la orden de salvar el hermoso templo, que fue construido por Herodes. Los defensores judíos encontraron refugio en el templo y siguieron disparando flechas a los romanos. Los soldados se enojaron tanto con el hostigamiento que incendiaron el templo. El calor del rabioso fuego derritió todo el oro y éste se escurrió en las ranuras de las piedras y los soldados lo saquearon para conseguir el oro.

RECONTRUCCIÓN DEL TEMPLO

Sin templo, los judíos no han tenido sacrificios desde entonces. Ahora, como si Dios estuviera diciendo “no habrá más sacrificios”, el montaje del templo tiene una mezquita musulmana sobre él. ¿Puede alguien imaginar el alboroto que sería si los judíos fueran a destruir la mezquita para reconstruir su templo? Alguna vez entre 1996 y 1997 la Revista Arqueológica Bíblica publicó una historia sobre el montaje del templo y tuvo fotos de la mezquita. También tuvieron una foto de un lugar marcado en la roca que los estudiosos creen que fue el lugar donde el arca del pacto estuvo asentada en el templo de Salomón.

LOS JUDÍOS EN LA PROFECÍA BÍBLICA

Deberíamos orar por el pueblo judío de hoy para que pueden individualmente venir a Jesús. Esto es consistente con las instrucciones de Dios a Israel. “Mas si obstinadamente os apartareis de mí vosotros y vuestro hijos, y no guardareis mis mandamientos y mis estatutos que yo he puesto delante de vosotros, sino que fuereis y sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis; yo cortaré a Israel de sobre la faz de la tierra que les he entregado; y esta casa que he santificado a mi nombre, yo la echaré de delante de mí, e Israel será por proverbio y refrán a todos los pueblos; y esta casa, que estaba en estima, cualquiera que pase por ella se asombrará, y se burlará, y dirá: ¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a esta casa?” 1° Reyes 9:6-8. En Romanos 11 Pablo dice que lo mismo les puede suceder a los cristianos. Debemos continuar nuestra relación con Jesús de corazón o perderemos nuestro rumbo. También nota la condición dada en la promesa a Salomón, “Si tu le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre” 1° Crónicas 28:9 up. Lee también Deuteronomio 8:20. Ésta es una advertencia para los cristianos tanto como lo fue para el Israel antiguo.

HERENCIA JUDÍA

Dios prometió a Abraham que le daría a él y a su descendencia la tierra de Canaán, Génesis 12:7. Tomó varios años para que fuera cumplida, ya que Dios tuvo que dar a los descendientes de Abraham tiempo para multiplicarse y ser una nación grande. El libro de Josué cuenta la historia de Israel cuando recibió la herencia. Primero con la ayude del Señor derrocaron a los habitantes de la tierra y luego Josué la repartió entre las tribus bajo la dirección de Dios. Josué, en los capítulos 13 al 22, cuenta sobre la división de la tierra a las 12 tribus de Israel. Gálatas 3:29 nos dice: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” Todos los verdaderos cristianos serán herederos de la Canaán celestial, herederos de la promesa dada a Abraham. Incluso Abraham mismo “esperó la ciudad que tiene fundamento, cuyo arquitecto y constructor es Dios” Hebreos 11:10. Esto deja claro que el reino de los cielos era la promesa real.

Ese es el real cumplimiento, el cual será eterno. A través de Jesús podemos obtener acceso a un reino que nunca pasará. “Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán,” Daniel 7:27. ¡Qué gloriosa promesa tenemos en Jesús nuestro Señor!

El rechazo corporativo de la nación hacia Jesús les causó, como nación, perder la herencia final. Esa herencia ha pasado a todos los que aceptan al Mesías (Jesús) como su Salvador personal. Pero como cristianos hemos sido injertados en su árbol de olivo, y podemos ser cortados tan seguramente como su nación lo fue, Romanos 11:21, 22.

Si los Judíos, como nación, hubieran aceptado al Mesías, hubieran sido la iglesia a través de la cual Dios trabajaría para traer el evangelio a todo el mundo. Era su evangelio, pero ellos rechazaron llevarlo. Así nació la iglesia cristiana y podemos decir que no hemos hecho demasiado bien las cosas tampoco. Considera este triste pero profundo pasaje: “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A los suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios,” Juan 1:10-13. Juan (un judío) debe haberse entristecido mientras escribía este pasaje. Sin embargo el debió escribirlo, porque lo hizo por la inspiración del Espíritu Santo. Ver 2° Pedro 1:19, 20.

EL TRONO DE DAVID

En Mateo 1:1-17 el autor recorre grandes longitudes para mostrar que Jesús es del linaje de David, yendo desde Abraham hasta José el padre terrenal de Jesús. Lucas 3: 23-38 hace lo mismo pero hacia atrás. Él comienza con Jesús y va hacia atrás en el tiempo hasta llegar a Adán. Ambas genealogías concuerdan y pasan por David y Salomón. Dios prometió el trono a David por siempre. “Y el rey Salomón será bendito, y el trono de David será firme perpetuamente delante de Jehová,” 1° Reyes 2:45. Luego en 1° Crónicas 28:9, Salomón fue advertido de que la promesa era condicional. Zedequías fue el último rey de Israel. Después de la cautividad Babilónica, los judíos nunca tuvieron un rey, sólo gobernadores, ya que estuvieron bajo el dominio de otros reyes. Los reyes Herodes del tiempo de Jesús no fueron del linaje de David y fueron puestos por el César romano. Israel había perdido su reino y nunca lo recuperó de vuelta. Pero todavía la asegurada promesa de Dios sobre el reino y el trono son válidos aunque las circunstancias han cambiado. Daniel deja claro que el reino será dado al “pueblo de los santo del Altísimo…” Daniel 7:27. Gálatas 3:29 deja claro que TODOS los que hacen a Jesús rey de sus vidas heredarán las promesas hechas a Abraham ya que serán contados como simiente de Abraham. Así de importante como esta promesa es la promesa del trono real de David. Dos de los escritores evangelistas han tomado el tiempo de darnos el linaje real de Jesús. ¿Por qué? ¿Sólo porque es información interesante? Para nada. Jesús es de linaje real en cumplimiento de la promesa hecha a David.

Isaías aclaró que el Mesías iba a venir del linaje de David. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su impero y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto,” Isaías 9:6-7. El reino que Dios establece es para siempre. Daniel lo aclara en Daniel 2:44. Luego en Daniel 7:13, 14 encontramos “uno como un hijo de hombre” traído “con las nubes del cielo” ante el trono del juicio de Dios (vers. 9-10) y dominio y un reino le fue dado. Su dominio y reino son ambos eternos incluso usando las palabras “que nunca pasará.” Coronemos a Jesús rey de nuestras vidas hoy. Algún día cuando Él regrese, vendrá como Rey de reyes y Señor de señores, Apocalipsis 19:16. Esto hace al trono de David eterno. Algunos claman que Jesús no está en el Antiguo Testamento. Pablo no concuerda con esa posición ni tampoco Jesús. Pablo, hablando de los Israelitas de los días de Moisés dice: “y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo,” 1° Corintios 10:4. Jesús dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ella son las que dan testimonio de mí,” Juan 5:39. Cuando uno se detiene a pensar que las Escrituras del Antiguo Testamento que eran las únicas Escrituras disponibles cuando Jesús dijo eso, uno se da cuenta que Jesús está a través de todo el Antiguo Testamento.

Pablo, educado como fariseo, dijo: “donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos,” Colosenses 3:11. En Cristo el Antiguo y el Nuevo Testamento se juntan y todas las promesas ahora serán cumplidas en el Israel espiritual.

 


Algunos se preguntan esto en especial cuando ven los acontecimientos en el mundo, en particular en Israel. Hoy día algunos enseñan erróneamente que Israel ya no es el pueblo de Dios, porque ellos han rechazado al Mesías, el Salvador que Dios les mandó.

En su Primera venida, Jesús fue rechazado por los suyos, los de su pueblo, porque los judíos no entendieron al leer las profecías del Antiguo Testamento que el Mesías tenía que venir dos veces; la primera, para ser el sacrificio humano ofrecido a favor de los pecadores. Pero la Segunda vez para instaurar Su reino y para recompensar a los que han aceptado Su sacrificio y se han arrepentido de sus pecados para salvación por la fe en Él.

¿Pero quiere esto decir que Dios ya ha terminado con Israel? NO, la Biblia dice claramente que Dios NUNCA va a abandonar a Su pueblo al que escogió para bendecir al mundo. Tenemos muchos pasajes bíblicos que nos aseguran esto, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo.

Dios hizo un pacto eterno con Abraham su descendencia. Dios siempre cumple todo lo que promete. El pacto con Abraham fue hecho antes que la Ley fuera dada, por lo que el cumplimiento o no de la Ley por parte de los judíos, no cambia el pacto de Dios con Israel. Abraham es el padre de todos los descendientes de Israel, pero también de todos los creyentes en Cristo.

Jeremías 31:1-3
“El aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mi por pueblo. Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo.
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia”.

vs. 8
“He aquí yo los hago volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá¨. ¿Donde es acá? Pues Israel, no hay otro lugar que cumpla lo requerido.

Esto, queridos hermanos y lectores, debe hacerles abrir los ojos a los que piensan que Dios ya ha terminado con Israel. También debe abrirles los ojos a los que dicen que la Biblia no es la Palabra de Dios ni mas ni menos que el Koran o cualquier otro libro religioso. ¿Qué otro libro en el mundo puede demostrar su autenticidad de esta forma? Profecías cumplidas delante de nuestros ojos en nuestra generación. Profecías escritas hace miles de años antes de su cumplimiento.

A los que dicen que la nuestra es una religión más, aquí tienen la prueba que no lo es: LA NACIÓN DE ISRAEL, Y LAS SAGRADAS ESCRITURAS.