“A María no se le puede negar que fue la madre de Jesucristo y por lo tanto del Verbo hecho carne. Pero tampoco podemos olvidar que fueron muchas las diosas que engendraron de
forma “sobrenatural” permaneciendo vírgenes después del alumbramiento… Semíramis, Astarté, Isis, Tammuz, Baal, Horus.
Estas doctrinas influyeron en Grecia y Roma adoptando sus creencias y pasando a denominarse Afrodita–Venus y sus hijos Eros–Cupido.
Pero, sobre todo, era el culto a Isis el que tenía una importante atracción para la cultura religiosa romana, que la representaba con su hijo Horus en su regazo.”
”En el proceso de cristianización de la sociedad romana, existen numerosas crónicas que nos hablan de cómo el pueblo romano, ya cristianizado, no abandonaba el culto a la “Madre de
Dios”, Isis, y lejos de quebrar sus imágenes lo que hacía era cambiarles simplemente de nombre. Esta idolatría tenía otra coincidencia importante con la sociedad católica actual y es el vestir a
las imágenes; en el antigua Egipto, las imágenes de la diosa Isis eran vestidas con lujosas vestiduras y ostentosas joyas. Incluso había personas dedicadas en exclusividad a estos menesteres. No
tienes nada más que acercarte a cualquier iglesia católica de tu localidad y ver a cualquier “Virgen”, cómo está vestida y enjoyada, incluso perduran las llamadas “camareras” que son las
encargadas de vestir a las imágenes.”
“Retomando el tema de la fertilidad deberíamos hablar de Éfeso; en
esta ciudad existía el mayor templo de la
antigüedad, el dedicado a Artemisa–Diana, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Artemisa tenía en esta ciudad el centro de su adoración. En esta diosa confluyen también las mismas bases
doctrinales que hemos visto con Astarté, “Reina del Cielo”
“En Hechos 19.23-40 se relata la
visita de Pablo a Éfeso, y el alboroto que se formó cuando oyeron a Pablo predicar el Evangelio de Cristo, puesto que hablaba de un solo Dios y prohibía las imágenes, tal y como la propia ley
de “Dios” nos manda. En este punto, los artesanos, que hacían imágenes de la diosa Artemisa, se enfrentaron a Pablo y sus seguidores, para evitar que se fuera al traste su negocio y su
cultura. Esto aclara bastante el sentimiento que la sociedad pagana tenía a sus dioses, pero en particular a la “Reina del Cielo – Madre de Dios”.
“Paradójicamente, fue en Éfeso, en el año 431 d.C., cuando se celebró un
concilioen el que se instituyó, como dogma de Fe, el papel de María como “Madre de Dios”. El título que se le establece es el de “theotókos”, que precisamente es el que disfrutaba la diosa Artemisa e Isis, con la diferencia de que eran la “Madre de los dioses”. Aquí, se cristianiza el
término asimilando doctrinalmente las figuras. Otra coincidencia, que viene al caso, es que la tradición católica sitúa los últimos años de vida de María en Éfeso.”
”Pero no todo fue un camino de rosas para la asimilación. Existieron voces contrarias, como la del condenado Nestorio, Patriarca de Costantinopla, que en el concilio de Éfeso dijo: “si vosotros llamáis a María, Madre de Dios, hacéis de ella una diosa”; Clemente de Alejandría, en el 200 d.C. dice “toda imagen o estatua debe llamarse ídolo porque no es
otra cosa que materia vil y profana, y por eso “Dios”, para quitar de raíz la idolatría, ha prohibido en su culto cualquier imagen o semejanza de las cosas que están en el cielo o en la
tierra, prohibiendo igualmente su fabricación; y es por esto que nosotros los cristianos no tenemos ninguna de aquellas representaciones materiales”; San Cipriano “¿Para que postrarse delante de las imágenes?. Eleva tus ojos al cielo y tu corazón; allí
es donde debes buscar a Dios”. Son varios ejemplos de los llamados “Padres de la Iglesia” que prohíben el uso de dichos medios para acercarnos a Dios.”